Los implantes fueron creados para mejorar la calidad de vida de aquellos pacientes que han perdido una o varias piezas dentarias. A través de técnicas odontológicas avanzadas y la implementación de moldes exactos, es posible recuperar la sonrisa perfecta que alguna vez se tuvo naturalmente.

¿Qué es un implante?

Un implante dentario es la sustitución de un diente natural que se ha perdido, por otro que es artificial y puede estar construido en base a aleaciones de titanio o cerámicos.

Hay que tener bien en claro que un implante no es una dentadura postiza, este no se retira y queda anclado de manera fija como si el mismo fuera un diente natural.

El titanio permite la osteointegración de la pieza en el hueso alveolar; esto se produce gracias a una oxidación propia de este material que proporciona una integración muy favorable para el tratamiento. Cada paso para la colocación del implante involucra delicadas metodologías quirúrgicas acompañadas de anestesia local.

Los implantes están fabricados con materiales no alergénicos y biocompatibles, los mismos pueden permanecer muchos años en la cavidad bucal sin producir reacción alguna. Pero es de extrema importancia mantener una correcta y adecuada higiene en toda la dentadura implantada.

¿Cómo se realiza el tratamiento?

No cualquier odontólogo está capacitado para colocar un implante, es fundamental concurrir a un centro de confianza con profesionales idóneos.

Los implantes pueden ser roscados o no roscados de acuerdo a su forma de anclaje:

Roscados: Los implantes roscados poseen una fina rosca similar a la de un tornillo, de esta manera el material puede amarrarse fácilmente al hueso alveolar.

No roscados: Aquellos implantes sin rosca, se adhieren mediante retención química, es decir que poseen una sustancia de anclaje que puede ser el fosfato de calcio cristalino.

Para empezar, es necesaria una exploración clínica completa incluyendo análisis sanguíneo completo y de orina. También puede ser necesaria una exploración computada mediante tomografía, para determinar la solidez ósea. Todo ello es rápido y la operación se puede realizar en 2 o 3 sesiones dependiendo del centro de salud.

En total la cirugía puede demorar no más de 90 minutos. Entre sesiones, si estas son 2 puede haber una distancia preparatoria de al menos 3 meses para dar lugar a la osteointegración. Los costos son algo elevados dependiendo de la calidad del tratamiento a seguir.

Un tratamiento rápido con resultados muy convincentes.